Aprendizajes.

Aprender como la piel aprende la forma del hierro rusiente.

Por no ser humano.

Ni expresión,ni brillo en los ojos,ni muestras de sentimientos.
Ni sonrisas,ni lágrimas,ni latidos en el corazón.
Que parezca que ni siquiera hay sangre en las venas.
Que parezca que eres de acero,que no existe vida en tí.
Que parezca que no eres humano.
Te irá mejor.

Al galope.

Los latidos de mi corazón son el retumbar de los cascos de miles de caballos al galopar.

Miedo.

Que le tengo más miedo a las personas que a las hienas en noches cerradas.

Has de saber que admiro tus ojos.

Admiro tus ojos marrones,a instantes negros,por una única razón.
Y esa única razón es que tus ojos representan las dos puertas que me permitirán llevar a cabo lo que hacer me propongo.
Y lo que hacer me propongo no es sino otra cosa que acceder a tu cerebro,traspasando,cual fantasma,tus córneas con un imperecedero objetivo.
Y ese imperecedero objetivo es poderte comprender;comprender quién eres realmente y qué causas te llevan a actuar de semejante modo.
Me dispongo a destruir tu globo ocular:me divido en dos parte totalmente simétricas y mis dedos índices comienzan a entrar en tu cuerpo por ambos ojos.Antes de darme cuenta,estaré prácticamente dentro.
Procederé,una vez me halle completamente materializada en la cavidad que tu cráneo a creado,a arañar las paredes donde cuelgas las fotos de los recuerdos,a astillar los escasos muebles en los que tan celosamente guardas a los sentimientos y,ya que estaré allí y por no desperdiciar la oportunidad que se me ha de brindar,crearé un intenso huracán en tu cabeza,acompañándolo con el dolor,que se encargará de barrer el suelo manchado con los sentimientos que me robaste y allí arrojaste cual basura.
Ya estoy aquí,en tu cabeza,por completo materializada.¿Escuchas mi eco?
Y cuál sería mi sorpresa al mirar alrededor que hablando de recuerdos y sentimientos,allí no había nada.

En los campos del dorado trigo.

Danza la superficie del trigo según le dicta el huracanado aire,creando ondas semejantes a las del agua.
Es entonces cuando creo vislumbrar entre los tallos un hermoso tiburón blanco a la caza de su próxima presa.

Para siempre olvidado y no perdonado.

Oh sí,te quise.
¿Me quisiste tú a mí?
Permíteme,déjame que lo dude.

Y si acaso mi duda te molestase,
déjame que te susurre al oído
lo poco que me importa.

Y si acaso mi susurro te molestase,
déjame que te observe
mientras te das cuenta
de que fuiste tú quien realmente perdió.

Con amor,un beso.